miércoles, 20 de abril de 2016

¿Qué se puede esperar de un español que aún respira, del político de bronce, del que todavía es profeta en su tierra, del hombre culto y de bien pensar? Pues que sea denostado, arrinconado, sepultado bajo una montaña de nada y vacío.
El Grupo Prisa y el PSOE articularon una campaña sanguinaria para desprestigiar la figura de Anguita, convirtiéndole en un muñecote, un loco iluminado, un comunista trasnochado. Salió tan bien, que hasta el votante de izquierdas se creyó la ficción. Ahora, desde su segundo plano en política, lejos de la ignominia, Anguita ilumina. Bendita cordura quijotesca. #Fotolitos


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